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Las TC podrían ser un factor de riesgo tan importante como lo es el alcohol, pero hay expertos que no están convencidos.
Tu próxima tomografía computarizada, o TC, podría ser más riesgosa de lo que comúnmente se cree. Un trabajo que se dio a conocer hoy calcula que las TCs contribuyen a una cantidad mayor de casos de cáncer de lo que sugerían las investigaciones anteriores.
Los científicos de la Universidad de California, San Francisco, encabezaron el trabajo que se publicó en JAMA Internal Medicine. Calcularon que de los millones de personas que debieron someterse a TCs en 2023, más de 100.000 eventualmente tendrían cáncer en el transcurso de sus vidas. Los científicos argumentan que las tomografías computarizadas deben considerarse factor de riesgo de cáncer a la par del excesivo consumo de alcohol, pero hay al menos algunos expertos externos al estudio que no están convencidos de ello.
Las TC se usan en general para tomar imágenes y diagnosticar potenciales problemas de salud, o para servir como guía a los médicos durante determinados procedimientos. Pero requieren de la exposición a dosis de radiación ionizante, un cancerígeno conocido. Gran parte de la investigación sobre cómo es que la radiación ionizante aumenta el riesgo de cáncer llega del estudio de los sobrevivientes japoneses a los ataques con bombas atómicas en la Segunda Guerra Mundial. Pero hay importantes estudios recientes que encontraron una relación entre la exposición a la radiación en las TC y el aumento de casos de cáncer en niños y jóvenes adultos.
Los autores de este trabajo querían llevar a cabo un análisis actualizado del riesgo de cáncer a lo largo de la vida de las personas en relación a las TC en todas las edades, en especial porque las tomografías se han vuelto más comunes a lo largo de los años.
Millones de tomografías
Basándose en datos de encuestas de hospitales y laboratorios de imágenes de toda la nación (EE.UU.) calcularon que en 2023 se realizaron 93 millones de tomografías a 61,5 millones de personas. Luego calcularon que surgirían cerca de 100.000 cánceres inducidos por radiación, basándose en las dosis de radiación que suponían se habían recibido y la parte del cuerpo que se había escaneado con la TC. Los cálculos de riesgo son entre tres y cuatro veces más altos de lo que habían hallado estudios anteriores, según los autores.
Cada año, en EE.UU. se diagnostican unos dos millones de cánceres nuevos. Así que si el nivel de uso de TC y dosis de radiación de los estadounidenses siguen siendo constantes, las TC eventualmente podrían ser el motivo de casi un 5% de todos los nuevos casos de cáncer cada año – nivel de riesgo proyectado similar al de la obesidad (7,6%) y el consumo de alcohol (5,4%), según el estudio.
“Las TC frecuentemente salvan vidas, pero a menudo se pasan por alto sus potenciales riesgos e incluso los riesgos de cáncer más insignificantes causarán una cantidad de futuros cánceres debido al enorme volumen de tomografías que se hacen en Estados Unidos”, escribieron los autores del trabajo.
Mark Supanich, jefe de la división de Física de Diagnóstico Médico del Departamento de Radiología y Medicina Nuclear de la Universidad de Rush, no está tan seguro sobre los cálculos del equipo. “Creo que los cálculos de cánceres relacionados con TC que pronostican en este estudio son probablemente exagerados”, le dijo Supanich en un e-mail a Gizmodo. Él no está relacionado con esta investigación, y argumenta que esos números se basan en suposiciones que podrían no sostenerse en el tiempo.
“Hay una gran parte de las tomografías que se realizan a pacientes que ya están en tratamiento de alguna enfermedad o lesión, o que ya tienen su diagnóstico al menos. Si se incluye a estos pacientes en el cálculo estadístico de posibles futuros cánceres, se está sobreestimando un teórico riesgo de cáncer futuro”.
Los autores intentaron tomar en cuenta este factor, al menos en parte, eliminando escaneos realizados en el último año de vida. En un análisis secundario también excluyeron las tomografías de hasta dos años antes de la muerte de los pacientes, y eso disminuyó la cantidad de cánceres relacionados con TC en sus cálculos. Supanish argumenta que el período de exclusión debería ser mucho mayor (un estudio citado por los autores excluía las tomografías de los últimos cinco años de vida, según señaló).
También, Supanich dice que la ciencia sigue evolucionando en cuanto a cuánta radiación de baja dosis realmente contribuye al riesgo de cáncer. Así que hasta tanto se cuantifique este riesgo con mayor certeza, mejor es tomar “con pinzas” las afirmaciones de que las TC causan gran cantidad de casos de cáncer cada año. Ante esta incertidumbre, también señala la comparación de este estudio con otros factores de riesgo de cáncer que ya se conocen.
“En mi opinión, comparar las tomografías como factor de riesgo de cáncer con el riesgo del consumo de alcohol o el exceso de peso, como lo hacen los autores, no corresponde y conlleva un riesgo importante de causar más daño que beneficio”, afirmó.
Riesgo minúsculo
Los autores abogan por reformas en cuanto a los escaneos por TC, que incluirían menos órdenes de tomografías, en determinadas situaciones, o el intentar una dosis menor de radiación. Supanich dice que ya se ha avanzado en estos dos aspectos. Un informe del Consejo Nacional de Protección y Mediciones de Radiación encontró que la dosis promedio de radiación médica (tanto de TC como de otros procedimientos para tomar imágenes) se redujo un 20% en la última década, por ejemplo.
Aunque este estudio pueda inspirar temor en la gente, no parece probable que sea la última palabra en cuanto al riesgo de cáncer de las tomografías computarizadas. Supanich dice que la gente no debería preocuparse porque les ordenen una tomografía, porque hay beneficios conocidos, que incluyen la detección temprana del cáncer.
“Los riesgos teóricos para cualquiera que se somete a una TC son minúsculos en comparación con las tasas de incidencia de cáncer actuales (alrededor del 40% a lo largo de la vida de la persona promedio) y los beneficios de la tomografía son importantes”, explicó.

Tu próxima tomografía computarizada, o TC, podría ser más riesgosa de lo que comúnmente se cree. Un trabajo que se dio a conocer hoy calcula que las TCs contribuyen a una cantidad mayor de casos de cáncer de lo que sugerían las investigaciones anteriores.
Los científicos de la Universidad de California, San Francisco, encabezaron el trabajo que se publicó en JAMA Internal Medicine. Calcularon que de los millones de personas que debieron someterse a TCs en 2023, más de 100.000 eventualmente tendrían cáncer en el transcurso de sus vidas. Los científicos argumentan que las tomografías computarizadas deben considerarse factor de riesgo de cáncer a la par del excesivo consumo de alcohol, pero hay al menos algunos expertos externos al estudio que no están convencidos de ello.
Las TC se usan en general para tomar imágenes y diagnosticar potenciales problemas de salud, o para servir como guía a los médicos durante determinados procedimientos. Pero requieren de la exposición a dosis de radiación ionizante, un cancerígeno conocido. Gran parte de la investigación sobre cómo es que la radiación ionizante aumenta el riesgo de cáncer llega del estudio de los sobrevivientes japoneses a los ataques con bombas atómicas en la Segunda Guerra Mundial. Pero hay importantes estudios recientes que encontraron una relación entre la exposición a la radiación en las TC y el aumento de casos de cáncer en niños y jóvenes adultos.
Los autores de este trabajo querían llevar a cabo un análisis actualizado del riesgo de cáncer a lo largo de la vida de las personas en relación a las TC en todas las edades, en especial porque las tomografías se han vuelto más comunes a lo largo de los años.
Millones de tomografías
Basándose en datos de encuestas de hospitales y laboratorios de imágenes de toda la nación (EE.UU.) calcularon que en 2023 se realizaron 93 millones de tomografías a 61,5 millones de personas. Luego calcularon que surgirían cerca de 100.000 cánceres inducidos por radiación, basándose en las dosis de radiación que suponían se habían recibido y la parte del cuerpo que se había escaneado con la TC. Los cálculos de riesgo son entre tres y cuatro veces más altos de lo que habían hallado estudios anteriores, según los autores.
Cada año, en EE.UU. se diagnostican unos dos millones de cánceres nuevos. Así que si el nivel de uso de TC y dosis de radiación de los estadounidenses siguen siendo constantes, las TC eventualmente podrían ser el motivo de casi un 5% de todos los nuevos casos de cáncer cada año – nivel de riesgo proyectado similar al de la obesidad (7,6%) y el consumo de alcohol (5,4%), según el estudio.
“Las TC frecuentemente salvan vidas, pero a menudo se pasan por alto sus potenciales riesgos e incluso los riesgos de cáncer más insignificantes causarán una cantidad de futuros cánceres debido al enorme volumen de tomografías que se hacen en Estados Unidos”, escribieron los autores del trabajo.
Mark Supanich, jefe de la división de Física de Diagnóstico Médico del Departamento de Radiología y Medicina Nuclear de la Universidad de Rush, no está tan seguro sobre los cálculos del equipo. “Creo que los cálculos de cánceres relacionados con TC que pronostican en este estudio son probablemente exagerados”, le dijo Supanich en un e-mail a Gizmodo. Él no está relacionado con esta investigación, y argumenta que esos números se basan en suposiciones que podrían no sostenerse en el tiempo.
“Hay una gran parte de las tomografías que se realizan a pacientes que ya están en tratamiento de alguna enfermedad o lesión, o que ya tienen su diagnóstico al menos. Si se incluye a estos pacientes en el cálculo estadístico de posibles futuros cánceres, se está sobreestimando un teórico riesgo de cáncer futuro”.
Los autores intentaron tomar en cuenta este factor, al menos en parte, eliminando escaneos realizados en el último año de vida. En un análisis secundario también excluyeron las tomografías de hasta dos años antes de la muerte de los pacientes, y eso disminuyó la cantidad de cánceres relacionados con TC en sus cálculos. Supanish argumenta que el período de exclusión debería ser mucho mayor (un estudio citado por los autores excluía las tomografías de los últimos cinco años de vida, según señaló).
También, Supanich dice que la ciencia sigue evolucionando en cuanto a cuánta radiación de baja dosis realmente contribuye al riesgo de cáncer. Así que hasta tanto se cuantifique este riesgo con mayor certeza, mejor es tomar “con pinzas” las afirmaciones de que las TC causan gran cantidad de casos de cáncer cada año. Ante esta incertidumbre, también señala la comparación de este estudio con otros factores de riesgo de cáncer que ya se conocen.
“En mi opinión, comparar las tomografías como factor de riesgo de cáncer con el riesgo del consumo de alcohol o el exceso de peso, como lo hacen los autores, no corresponde y conlleva un riesgo importante de causar más daño que beneficio”, afirmó.
Riesgo minúsculo
Los autores abogan por reformas en cuanto a los escaneos por TC, que incluirían menos órdenes de tomografías, en determinadas situaciones, o el intentar una dosis menor de radiación. Supanich dice que ya se ha avanzado en estos dos aspectos. Un informe del Consejo Nacional de Protección y Mediciones de Radiación encontró que la dosis promedio de radiación médica (tanto de TC como de otros procedimientos para tomar imágenes) se redujo un 20% en la última década, por ejemplo.
Aunque este estudio pueda inspirar temor en la gente, no parece probable que sea la última palabra en cuanto al riesgo de cáncer de las tomografías computarizadas. Supanich dice que la gente no debería preocuparse porque les ordenen una tomografía, porque hay beneficios conocidos, que incluyen la detección temprana del cáncer.
“Los riesgos teóricos para cualquiera que se somete a una TC son minúsculos en comparación con las tasas de incidencia de cáncer actuales (alrededor del 40% a lo largo de la vida de la persona promedio) y los beneficios de la tomografía son importantes”, explicó.